AARP BULLETIN
El poder curativo de la música
Para los pacientes de Alzheimer, la música puede ser una buena medicina.
In English | "Me he portado mal. ¿Me he metido en problemas?", pregunta Naomi, claramente alterada. Comienzan a salírsele las lágrimas. Se retuerce las manos mientras permanece sentada en su silla de ruedas en el vestíbulo de un centro de cuidados para personas con la enfermedad de Alzheimer.
"No, no te has metido en problemas", le dice Mindy Smith, una terapeuta recreacional. Pero nada parece poder cambiarle el ánimo a Naomi. "Me he portado mal", repite sin cesar.
Entonces Mindy le pregunta, "¿Quieres tu música?". A Naomi se le ilumina el rostro cuando le colocan cuidadosamente los auriculares sobre sus orejas. Y a medida que su iPod reproduce un arreglo con orquesta de la canción " 'S Wonderful" de George Gershwin, Naomi comienza a sonreír.
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Escenas como ésta se están repitiendo en centros y hogares para el cuidado de adultos mayores por todo Estados Unidos. Nuevas investigaciones confirman y amplían una idea, algo que por mucho tiempo han percibido los que trabajan con pacientes de demencia: la música no solo puede mejorar el ánimo de las personas con enfermedades neurológicas, sino que puede estimular sus habilidades cognitivas y reducir la necesidad de usar medicamentos antipsicóticos.
Los musicoterapeutas que trabajan con pacientes de Alzheimer describen como se "despiertan" estas personas al escuchar los sonidos de la música que les encanta y conocen. Con frecuencia, después de pasar meses y hasta años sin hablar, comienzan a hacerlo de nuevo, se vuelven más sociables y aparentan estar más conscientes de sus alrededores. Algunos comienzan a recordar nombres que hace tiempo olvidaron. Algunos hasta hacen lo que frecuentemente no pueden hacer los pacientes de Alzheimer a medida que empeora su enfermedad: recuerdan quiénes son.
El neurólogo Oliver Sacks escribió en su libro Musicophilia que para los pacientes de Alzheimer, la música puede tener efectos muy parecidos a los de la medicina. "La música no es un lujo para ellos, es una necesidad, y puede tener un poder más fuerte que cualquier otra cosa para devolverlos a sí mismos, y a otras personas, por lo menos por cierto tiempo".
Más de 5 millones de personas en Estados Unidos padecen de la enfermedad de Alzheimer, que no tiene cura. Según estimados, uno de cada 8 "boomers" (los nacidos entre 1946 y 1964) desarrollará la enfermedad. Aproximadamente 15 millones de familiares en Estados Unidos están atrapados en lo que puede convertirse en una triste pesadilla: cuidar de un ser querido con el que no pueden comunicarse. Para muchos, la música puede jugar un papel importante en aliviar ese sufrimiento. Los investigadores están encontrando nuevas formas de utilizar la música como parte del tratamiento de la demencia.
Jane Flinn, neurocientífica conductual de George Mason University, y Linda Maguire, estudiante de posgrado, probaron los efectos del canto en personas con Alzheimer con canciones como "Somewhere Over the Rainbow" y "Isn't It Romantic?". Flinn y Maguire siguieron a un grupo de personas con habilidades disminuidas por la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia que cantaban con regularidad. Constantemente sometieron el grupo a la Mini Mental State Examination (MMSE, Mini prueba del estado mental), una prueba para el diagnóstico de las habilidades cognitivas. Flinn y Maguire demostraron que la agudeza mental de las personas que cantaban con regularidad aumentó rápidamente en el espacio de cuatro meses. "Veintiún medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer han fracasado en los últimos nueve años", dice Flinn. "Sí creo que con el tiempo encontrarán el medicamento adecuado, pero avanzamos tan lentamente. Mientras tanto, estas estrategias no farmacéuticas ayudan".
Connie Tomaino es una de las pioneras de la musicoterapia. Hace más de 37 años, se presentó con su guitarra en una unidad para pacientes de demencia y los observó. "A muchos los habían medicado en exceso. La mitad estaban catatónicos y se alimentaban a través de una sonda nasogástrica. Los que estaban agitados tenían mitones en sus manos y estaban amarrados a sillas de ruedas", dice ella. "Simplemente comencé a cantar 'Let Me Call You Sweetheart'. Muchas de las personas que se consideraban estar catatónicas alzaron sus cabezas y me miraron. Y las que estaban agitadas dejaron de estarlo. Casi todos comenzaron a cantar la letra de la canción".
Ella fundó el Institute for Music and Neurologic Function (Instituto para la Música y la Función Neurológica) a fin de fomentar el estudio de los efectos de la música en el cerebro. "La música es muy compleja", dice ella. "El nervio auditivo tiene un contacto inmediato a una parte del cerebro conocida como la amígdala —frecuentemente llamada el área del 'reflejo de lucha o huida' del cerebro—. Así que lo primero que sucede con los sonidos es la excitabilidad. La persona se sobresalta o repentinamente presta atención".
Tomaino descubrió que hasta algunas personas con un estado avanzado de la enfermedad de Alzheimer pueden reaccionar al escuchar canciones significativas para ellas. "Una mujer que no hablaba comenzó a hacerlo después de un mes. Decía cosas como, 'Los niños están al llegar, debo irme a casa a preparar la cena'. Las canciones les provocaban estos recuerdos y palabras". Su consejo: si alguien que conoces se encuentra en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, comienza a asociar ciertas canciones clave con familiares o ideas importantes. Más tarde, esas canciones podrían provocar dicha asociación.
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